Recife

¿Por que viajar a Recife?

Recife conquista a todos los que la visitan por la pluralidad de sus atractivos, que la convierten en un lugar único. Recife es una metrópolis en crecimiento, lo que puede percibirse paseando a lo largo de la playa de Boa Viagem o visitando los sofisticados negocios de la zona comercial. Al mismo tiempo cuenta con un rico patrimonio histórico y arquitectónico, compuesto por innumerables construcciones de los siglos XVII y XVIII, legado por los colonizadores portugueses y holandeses.

La capital de Pernambuco también se destaca por su modernidad. Cuenta con una excelente infraestructura para la realización de congresos y encuentros de negocio, con instalaciones de todo tamaño muy bien equipadas y listas para recibir Congresos, Exposiciones, Ferias y reuniones empresariales, nacionales e internacionales, de todos los ramos de actividad.

La ciudad muestra diferentes facetas y está ubicada en un área bañada por los ríos Capibaribe, Beberibe y Jordão. Como hay muchos puentes para facilitar la circulación, ha sido apodada la Venecia brasileña. Como buena representante de Pernambuco, uno de los estados culturalmente más ricos del Brasil, Recife tiene costumbres y tradiciones populares únicas, que pueden ser apreciadas en cada esquina de la ciudad y que divierten y encantan a todos los turistas, oriundos de todos los rincones del mundo, que la visitan.

El carnaval callejero de Recife está considerado como uno de los mejores, más divertidos y multitudinarios del Brasil. La fiesta es inaugurada el sábado con el desfile del grupo Galo da Madrugada, y sigue, animadísima, bajo el sol y el calor de febrero durante tres días, al son de los ritmos de grupos de frevo y maracatu, que son las músicas típicas de la región.

Es posible hacer diversos paseos por la ciudad y por los alrededores: hay jangadas (barcos de pesca de vela triangular) que salen de Boa Viagem y barcos a motor que recorren la bellísima costa de Pernambuco. Es indispensable visitar Olinda [link para Olinda], ciudad que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad, que queda muy cerquita de Recife.

Los turistas disfrutan durante todos los meses del año de las playas y del mar de aguas tibias. También hay restaurantes que sirven lo mejor de la cocina típica de la región, además de especialidades de la cocina internacional, y un parque hotelero muy diversificado. A la noche, se puede disfrutar de los bares y espectáculos al aire libre, entre los edificios y casonas restaurados del casco antiguo de la ciudad, que tampoco se puede dejar de visitar.

Para los aficionados al buceo, la ciudad reserva algunos lugares excepcionales para una buena excursión al fondo del mar. Con piscinas naturales distribuidas a lo largo de toda la costa y un parque de barcos naufragados de más de 30 navíos, es uno de los mejores lugares del Brasil en este aspecto.

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